lunes, 10 de enero de 2011

Bromas Telefónicas.

Sí. Eso mismo. Bromas telefónicas... ¬¬.  Es algo resabido por todos que cuando nos aburrimos, estamos con amigos de cachondeo, y tenemos unos teléfonos a mano, hacemos bromas de este tipo utilizando el también resabido “#31#” delante del número de móvil de la persona agraciada para que éste aparezca como oculto (esto se incrementa cuando estás de botellón, por supuesto). Suelen ser bromas no pesadas, con mucha tontería de por medio y con grandes dosis de risas... hasta que te acaban pillando y terminas revelando quien narices eres/sois. Hay que indicar que este tipo de bromas te tocan la moral muy de vez en cuando.
Digamos que estas bromitas están bien, dentro de lo que cabe, por supuesto, hay de todo. Pero suelen ser llevaderas y no molestan mucho.
Bueno, voy a ir al grano, que mi “yo” reivindicativo necesita desahogarse (gggrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr).
Como bien he dicho, dentro de este tipo de bromas hay de todo, y sí señores, ese es mi caso. xD. (Sí, me rio, pero tengo un cabreo de tres pares de narices...)
Digamos que me estoy empezando a pillar un mosqueo bastante considerable, y que como se me crucen los cables, no voy a PARAR hasta saber quien COÑO me llama.
Seré clara. Hace una semana, por la tarde, para ser exactos, un teléfono oculto me llamó, y qué coño, yo lo cogí, pasando de las amenazas de “no cojas números que no conoces” o del tipo “ seguro que es el 1004, el mil cuatrooooooooooo noo loo coooojaaaaaassssssssssssss!!!”, y tal y pascual…, asique muy valiente yo, lo cogí tan feliz y sonriente. Durante toda la conversación me lo tomé totalmente a cachondeo y pasando del tema (aparte de que tenía prisa y aparte de que acababa de salir de la ducha, ¿encima oportuno sabes?) En fin, para que veáis más clara la conversación telefónica que tuve con este estúpido/a (aún sigo intentando conocer su sexo, algún día lo averiguaré, se va a cagar, cuando lo haga arderá Troyaaa!!!!!!! >.<!!!) haré una especie de resumen de lo que fue más o menos.
Yo (happicidad al power): “¿Sí?”
Estupido/a: “No te juntes con mi vecino”
Yo (xD): “¿Quién eres?”
Estúpido/a: “No te juntes con mi vecino”
(Esta serie de preguntas-respuestas se prolonga hasta dos o tres veces más).
Yo (risa por aquí risa por allá): “¿Qué vecino?”
Estúpido/a: “mi vecino”
Yo (empezando a fruncir el ceño): “¿Quién eres?”
Estúpido/a: “Una que conoce a tu novio”
Yo (frunciendo el ceño más todavía): “¿ah sí?, ¿y quién es mi novio?”
Estúpido/a: “jsfhusidfush”
Yo: “¿Cómo?”
Estúpido/a: “skjkdcbajd”
Tras estos sonidos ininteligibles, me harto y cuelgo el teléfono.
Hay un detalle muy importante acerca de la voz que pone este señor/a. Una voz del tipo vieja típica jubilada al brasero, ganchillo en mano y gafas a la punta de la nariz. Suena también a señora malhumorada y maliciosa haya donde las haya, con un alto desarrollo de la voz a lo estilo vieja amargada al lado de la “mesilla del teléfono” de las típicas que marcan mil números para hablar con alguien porque están mal de la tensión y se aburren, a diferencia de que “este ser” sabe perfectamente el objetivo que tiene al llamar, y a quién llamar. ¡Me acaba de venir a la mente! ¡Su voz suena a  Blasa la de Cruz y Raya!…mmm… ¿Será ella? xD.
Bueno, esta llamada, como veis no me sorprendió mucho, ya que hace un año, una mujer se equivocó de número unas cuantas veces, y yo ya estaba curada de espanto (me ahorro detalles acerca de esas llamadas ¬¬).
El caso es que este tipo/tipeja (creo que más bien es una tipeja de mucho cuidado) me ha vuelto a llamar esta tarde. Hacía ya una semana que me había llamado, y cuando he visto el número oculto, ya casi ni me acordaba. Primero he dudado en cogerlo, pero tras unos segundos, he dicho, venga, en el caso de que sea otra vez el mismo pesado, vamos a divertirnos un poco. Y exacto. Era el mismo pesado.  Era la VIEJA. ¡La VIEJA CABRONA! (Dius es que la matoooooorrrrr!!)
Ejem ejem!..., voy a tranquilizarme…
La conversación de esta tarde ha transcurrido de la siguiente manera:
Yo: “¿Sí?
Señora cabrona (este nombre me gusta más): “No te juntes con mi vecino”
Yo (primer paso de mi mosqueo): “¿Quién eres?”
Señora cabrona: “No te vayas con ese chico”
Yo: ¿quién eres?
Señora cabrona: “No te vayas con ese chico” “Soy su vecina”
Yo (cabreo en aumento): “¿Vecina de quién?”
Señora  cabrona: “Soy vecina de tu novio” “No te vayas con él”
Yo: “¿Quién es mi novio?” (quería más detalles…)
Señora cabrona: “Lo sabes mejor que nadie” “No te vayas con él”
Yo: “¿Te aburres tanto como para llamarme con un teléfono oculto? Si eres valiente di quién eres o llama desde tu teléfono” (aquí mi mosqueo iba en aumento (Muy en aumento)
Señora cabrona: “No te vayas con él” “Te va a pesar” “Lo pagarás”
Yo (seguía con mi cantinela): “¿Quién eres? A ver… ¿quién eres? ¿Qué quieres?”
Tras esta pregunta, un silencio de un minuto entre nosotros (yo escuchando atenta a cualquier murmullo extraño que pudiera delatar a este imbécil/a de la vida).
Y tras este silencio,….
Yo (cansada y a punto de colgar): “A ver… ¿quién eres?”
Señora cabrona: “¡¡¡jijiji!!! “¡me río de ti!” (esto último sonaba así como a la bruja de las tres mellizas)
Y definitivamente, ha colgado.
Cuando he terminado, se lo he contado a mi hermana, y me ha mirado entre sorprendida y preocupada, diciéndome que por qué se lo he cogido y que por qué le he seguido el rollo. Pero son cosas que no se pueden evitar, sobre todo en la parte del novio ya me he mosqueado bastante, y quería indagar más acerca de quién podría estar llamándome. En una broma cualquiera, no te llaman a las 5 de la tarde o a las 8 diciéndote que “lo pagarás” y diciéndote que no te juntes con tu novio. Yo a eso lo llamo amenazas. Y no me gusta un pelo. Pero nada de nada. Este tipo de cosas te emparanoyan. Ahora vivo pensando que hay un cabrón al que conozco haciéndome una broma muy pesada, o bien una cabrona a la que le gusta mi novio y que me está amenazando. Lo peor de todo es que de seguro este cabrón/a es del círculo de amistad que tenemos mi novio y yo, por su parte o por la mía, porque ese tipo conoce que él tiene vecinos, y que estamos juntos. Vuelvo a repetir, no me gusta nada. Con estas cosas no se juega. Como averigüe quien narices es que se vaya preparando. No estoy dispuesta a aguantar este tipo de bromitas mucho tiempo más. Sobre todo bromas que pongan en el fuego el que mi novio y yo estemos juntos. Como sea una chica le arranco los pelos de cuajo y los dono para que hagan pinceles con ellos, y como sea un chico, que vaya preparando una cita de cirugía plástica especial reconstrucción de pene.  No me suelo enfadar, pero cuando lo hago, lo hago bien. Asique…señorito cabrón/a (asqueroso ser con voz agropecuaria-pantanosa), vuelva a llamarme, estoy preparadísima para hablar con usted, es más, lo estoy deseando.

[[[Enfado en aumentooooooooooooooo]]]



No hay comentarios:

Publicar un comentario